2020-Mensaje #8 - “The Show must go on”
Introducción
“The Show must go on”
Israel y el Templo
31Si alguno pecare contra su prójimo
33Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti
35Si el cielo se cerrare y no lloviere
33Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti
37Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea;
35Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti
41Asimismo el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, que viniere de lejanas tierras a causa de tu nombre
44Si tu pueblo saliere en batalla
46Si pecaren contra ti
oraren a ti con el rostro hacia su tierra que tú diste a sus padres, y hacia la ciudad que tú elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, 49tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia. 50Y perdonarás a tu pueblo
Hay cosas que se pierden
No quiere decir
Volvamos al pueblo de Israel
Un Dios eterno
El templo fue dedicado por Salomón (1 Re 8:22–61; 2 Cr 6:12–42), y la gloria del Señor habitó en él (1 Re 8:10–11; 2 Cr 5:13–14). El declive religioso se inició en vida de Salomón (1 Re 11:1–8) y continuó posteriormente. Finalmente, Nabucodonosor de Babilonia saqueó el templo y el palacio (cf. 2 Cr 36:7) y llevó al rey y a una parte significativa de la población al cautiverio (2 Re 24:1–17). La ruina se completó después de dieciocho meses de sitio, en 586 a. C. (2 Re 25:1), con la destrucción de Jerusalén y su templo, quedando tan solo unos pocos atrás (2 Re 25:11–12).